El paradiclorobenceno (PDCB) es un compuesto químico aromático clorado que se utiliza principalmente en la fabricación de pesticidas, desodorantes ambientales y productos de limpieza. Sin embargo, su toxicidad ha sido objeto de numerosos estudios debido a los efectos adversos que puede tener en la salud humana cuando la exposición ocurre de manera prolongada o en concentraciones elevadas.
La toxicidad del PDCB puede afectar múltiples sistemas de órganos:
Hígado y riñones
El PDCB es metabolizado en el hígado, y la exposición excesiva puede provocar daño hepático, alteraciones enzimáticas y en algunos casos necrosis hepática. Los riñones también son órganos vulnerables, pudiendo presentar insuficiencia renal aguda o crónica con exposición prolongada.
Piel y sistema respiratorio
El contacto dérmico con paradiclorobenceno puede causar irritación, dermatitis e inflamación. La inhalación de vapores, especialmente en ambientes cerrados, puede producir tos, irritación bronquial y dificultad para respirar.
Sistema nervioso central (SNC)
Una de las áreas más sensibles a la toxicidad del PDCB es el sistema nervioso central. Se han documentado casos de leucoencefalopatía, así como síntomas neurológicos heterogéneos que incluyen mareos, confusión, pérdida de coordinación e incluso daño neurológico irreversible en situaciones de exposición crónica.
Pulmones y otros órganos
El PDCB puede acumularse en el tejido adiposo y posteriormente liberarse lentamente en el cuerpo, lo que prolonga la exposición interna. Esto aumenta el riesgo de daño pulmonar, además de comprometer otros órganos vitales.
Aunque el paradiclorobenceno sigue teniendo aplicaciones industriales y domésticas, organismos de salud pública como la EPA y la OMS han advertido sobre su uso y recomiendan minimizar la exposición directa. En el ámbito industrial, deben implementarse medidas de control como ventilación adecuada, equipo de protección personal (EPP) y monitoreo ambiental para reducir riesgos.
En conclusión, el paradiclorobenceno es tóxico y puede causar daños significativos en el hígado, riñones, piel, pulmones y sistema nervioso central. Por esta razón, su manipulación debe hacerse con extrema precaución y bajo estrictas normas de seguridad industrial.